“Queremos que las maestras y los maestros sean un referente para la ciudad”: Mauricio Castillo, director del IDEP

“Queremos que las maestras y los maestros sean un referente para la ciudad”: Mauricio Castillo, director del IDEP

Foto de perfil del periodista del IDEP  Esteban Pineda

 


Por: David Esteban Pineda. Periodista IDEP - prensa@idep.edu.co


 

Andrés  Mauricio  Castillo  Varela  es  un  bogotano  experto  en  política  social, que  llegó  al  Instituto  para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP), en el momento en el que esta entidad cumple 30 años.

En sus manos tiene el espejo para ver la ruta que ha recorrido el IDEP en la historia educativa y pedagógica de la ciudad, yal mismo tiempo, el panorámico de este faro, como él mismo lo llama, de cara a los desafíos educativos de los próximos años.

Foto del Director del IDEP Mauricio Castillo

Su  punto  fijo  en  este  ejercicio  reflexivo, de doble  vía,  es  el  mismo: la valiosa e inconfundible labor de las maestras y los maestros en la producción de conocimiento. A través de ellos se ha dado respuesta a las transformaciones que ha necesitado y requerirá la educación de la ciudad, y que, como menciona Castillo,  tienen  en  el  centro  de  la  discusión  al  individuo y el resultado de los procesos de enseñanza en aprendizajes, desarrollo de habilidades y competencias de cada uno de los estudiantes.

Con los docentes como pieza central, piensa no solo celebrar la trayectoria del IDEP, sino que adelantará la agenda investigativa con el propósito de obtener información de calidad para tomar de decisiones y suplir las necesidades de la capital en temas como la educación inicial en la primera infancia; el cierre de brechas de aprendizajes fundamentales; la comprensión de las formas de relacionamiento; la comunicación que se deriva de ambientes de convivencia y clima escolar; y la consolidación de proyectos de vida en miles de niñas, niños y jóvenes. En entrevista para Aula a Fondo, nos contó más de su apuesta.

 

¿Por qué aceptó la tarea de dirigir el IDEP?

Mi experiencia de  más de 20 años en entornos  educativos me permite identificar que este es un gran reto. Primero, porque el instituto ha cumplido por muchos años una función muy importante de gestión de conocimiento, acompañado de procesos  investigativos y de  innovación, como resultado del  trabajo de los maestros y las maestras.  

Y, segundo, porque veo que hay una gran oportunidad de seguir fortaleciendo esa misionalidad que está dirigida a los mejoramientos y transformaciones que requiere la sociedad.  
Para nadie es un secreto que los avances tecnológicos, sociales y culturales ameritan cambios en los procesos pedagógicos, tanto de la enseñanza como de los aprendizajes y, gracias a la investigación e innovación, estos se potencian.

 

Sobre todo, en una ciudad con tantas particularidades…

Somos una ciudad con cerca de 750.000 estudiantes oficiales y 35.000 docentes que requieren una atención particular.

Bogotá es receptora de población diversa y variable: migrante, víctima del conflicto armado, indígena, afrocolombiana, LGBTIQ, con discapacidad, privada de la libertad, estudiantes con enfermedades diversas, entre otros. Entonces, el reto hay que centrarlo en lo que hoy están viviendo los estudiantes en las más de 400 instituciones educativas oficiales. Poner el desarrollo en el centro de la discusión es primordial.

 

Hay unas necesidades puntuales de aprendizaje que ha identificado la Secretaría de Educación y unas apuestas muy concretas que ha diseñado desde su política de mejoramiento de la calidad educativa. ¿Cómo va a aportar el IDEP a esa apuesta por la calidad?

El IDEP tiene la responsabilidad de brindar al sector educativo, y en este caso a la Secretaría de Educación, la mejor información.

Cuando la política nos dice que hay una gran apuesta por la primera infancia (sin perder el norte de lo que implica esa primera etapa de niños y niñas), es clave profundizar en investigaciones para conocer lo que está pasando en ese grupo etario.

Hoy, la ciudad tiene una brecha muy importante en la atención de niños y niñas desde los tres y hasta los 5 años, pero también hay una apuesta por el trabajo previo que se hace desde los 0 y hasta los 3 años. Aquí hay un primer reto como instituto: comprender cómo está ocurriendo ese proceso, cómo lo podemos mejorar en términos de cualificar esa oferta.

Niño marcando en un tarjetón de votación

 

También hay apuestas por el cierre de brechas educativas

Tanto en Bogotá, como en el país y la región, los procesos en las cinco áreas fundamentales todavía nos demuestran que los estudiantes de diferentes grados tienen deficiencias importantes y fundamentales. Ahí el IDEP debe preguntarse ¿por qué no se da, de la mejor manera, ese proceso educativo en ciertas instituciones educativas?, ¿qué está pasando con temas relacionados con los climas escolares, con lo socioemocional, con la salud mental? El reto del IDEP es aportar desde su rol investigativo, no solo sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje, sino también en todo lo que tiene que ver con esa convivencia escolar.

Cancha de microfútbol nueva

Porque Bogotá es una ciudad que hoy cuenta con mejores condiciones educativas que el resto del país, en términos de infraestructura, de alimentación escolar, de transporte, de ampliación de jornada única y jornadas complementarias, un magisterio altamente capacitado (casi el 70% tiene nivel de posgrado, ya sea especialización, maestría o doctorado), con liderazgos importantes de sus directivos y con avances en la participación de los otros miembros de la comunidad educativa. Entonces, si existe una comunidad comprometida, hay que preguntarse ¿qué está pasando? Y se encuentra que el sector educativo también es permeado por los contextos escolares, por situaciones socioeconómicas que atraviesan las familias, por distintas situaciones a las que no se les puede dar respuesta, pero que el instituto sí puede investigar y analizar qué está ocurriendo.

 

¿Cómo se articulará el IDEP en la apuesta de ciudad por el proyecto de vida de las estudiantes y los estudiantes?

Esta parte es fundamental, porque lo que hace el proceso educativo es llenar la maleta de herramientas y de conocimientos a partir de identificar las habilidades, los talentos y las capacidades en los estudiantes, desde la educación inicial hasta lo que nos compete como sector educativo, que es la  
media. Sin embargo, es fundamental el tránsito a la educación posmedia y, seguramente, nosotros somos uno de los actores llamados para que el sector tome decisiones.

Atenea, la Agencia de Educación Superior Ciencia y Tecnología tiene el gran reto de generar una oferta educativa pertinente, y nosotros de generar mejor información para responder a las expectativas de los jóvenes, saber qué quieren, qué expectativas tienen de un mundo tan cambiante y de una realidad de una sociedad más globalizada.

No todos van a poder ir a la educación profesional, por lo que hay que abrir posibilidades como la formación técnica y tecnológica, o como la microcertificación, y fomentar las capacidades para los emprendimientos. Ahí entraríamos a trabajar seguramente, no solo con maestros y maestras, sino con estudiantes. Hay que oír las voces de los jóvenes para que ese proyecto de vida se consolide y se puedan tomar las mejores decisiones.

Foto de un colegio del distrito

 

Y eso en términos de acciones para los próximos años, ¿en qué se traduce?

El sector educativo de Bogotá hoy tiene una gran ventaja y es que cuenta con casi 6.000 nuevos maestros y maestras, sumado a los 29.000 que ya estaban y que tienen gran experiencia. Entonces hay que trabajar con ellos. Seguramente la gran  mayoría sabe dónde están los retos y las brechas, por eso  la lectura de ellos será fundamental, porque en su día a día  reconocen los contextos y a sus estudiantes…ellos y ellas saben dónde están esas debilidades, pero también las fortalezas. 

A través de grupos organizados de investigación, de redes,  colectivos y semilleros vamos a identificar en dónde es que  debemos trabajar. Como dije, tenemos un gran número de  maestros y maestras con un proceso de cualificación muy  importante, entonces vamos a trabajar con algunos de ellos para poder identificar las vías que generen los conocimientos  que nos permitan hacer las transformaciones que necesitamos para cerrar brechas. 

 

¿Con qué herramientas cuenta el IDEP para iniciar  ese proceso?

Tenemos la suficiente información para poder saber por dónde debemos iniciar. Creo que la historia de los 30 años del instituto nos da para saber qué hemos investigado, qué hemos analizado y fruto de eso, cuáles son los caminos que se han de tomar para profundizar en nuestras investigaciones.

Y por supuesto, dejar una agenda a largo plazo —si no a  mediano plazo— para que las nuevas administraciones sigan  esa senda de la investigación social que no es fácil y que  toma tiempo. Esperamos dejar en estos 4 años una agenda  investigativa robusta y fortalecida, con los diferentes actores de la ciudad y como miembros del Sistema Nacional de  Ciencia, Tecnología e Innovación, para saber lo que necesita  la educación de la ciudad en el corto y en el mediano plazo.

Es importante mencionar que contamos con un CONPES  que nos pone unas metas fundamentales hasta 2038, por lo  tanto, es necesario dejar una ruta clara para que las nuevas  administraciones fortalezcan las líneas de investigación y,  finalmente, podamos dar respuesta a lo que quisiéramos hoy como sociedad, que los estudiantes ingresen, permanezcan,  se gradúen y continúen su proceso educativo más allá de la  educación media. 

Mauricio Castillo director del Idep hablando en tarima

 

¿Es posible que parte de la brecha en aprendizaje  pueda estar asociada a que la formación y cualificación  docente no se está traduciendo en transformaciones  tangibles en los colegios?

La ciudad cuenta con importantes facultades de educación,  tanto públicas como privadas, e igualmente existe la Normal  Superior María Montessori, por lo tanto, considero, que la  responsabilidad de los aprendizajes es un tema de carácter  multidimensional y de factores asociados a los logros académicos de los estudiantes, ante lo cual las diferentes  instancias tenemos responsabilidad. Un ejemplo de análisis  sería estudiar el porqué de los resultados de los colegios que  hoy se encuentran en la categoría más baja de resultados  en las pruebas Saber 11, tendríamos que observar la situación socioeconómica de las familias, el contexto donde  están ubicados, los tiempos escolares, las condiciones de infraestructura, entre otros aspectos.

Ahora, no podemos olvidar que venimos de una pandemia y  que estamos experimentando los resultados de tener casi dos  años las escuelas cerradas, y es muy probable que la brecha  existente se haya agudizado por la vulnerabilidad que tuvieron estos colegios y sus entornos. 

 

¿Qué tiene pensado para los docentes?

Queremos que todos esos maestros sean un referente para su colegio, la localidad y la ciudad. Reconocer su labor docente  es fundamental. Cuando se le pregunte a un estudiante ¿Cuál  fue el maestro que marco su vida escolar?, que la respuesta no  se limite a decir que fue solo un profesor, sino que se tendría  que mencionar a toda una institución educativa, que hable de su rector o rectora, que mencione a varios de los maestros que  tuvo desde el preescolar hasta la media y que hicieron parte de ese proceso, y que, gracias a eso, es lo que es. Quisiéramos que eso pasara

Los maestros necesitan que se les apoye y el instituto está  llamado a eso, a trabajar con ellos, a reconocer sus procesos de investigación e innovación. Hay muchas formas de trabajar con ellos: acompañándolos en el proceso de sistematización de sus experiencias; que el resultado de su proceso sea un artículo publicable, exaltando su trabajo ante la comunidad… porque hay contextos complejos por los cuales pasan maestros y maestras, y reconocer su trabajo termina siendo fundamental para consolidar los procesos de transformación que la ciudad espera.

 

¿Cuál debería ser el papel de la investigación y la innovación en las transformaciones pedagógicas y educativas de Bogotá?

Vamos a trabajar con aquellos grupos de maestros que se  han venido consolidando en estos procesos y con aquellos  que quieren lograrlo. Serán ellos los primeros con quienes  trabajemos e indaguemos sobre los retos que ya mencionamos. A ellos les preguntaremos cuáles son las rutas y los caminos que como ciudad debemos tomar. Y es que no debemos perder el foco acerca de qué es lo que busca la investigación y la innovación, y así poder aplicar o replicar los resultados que  den cuenta de los cambios positivos, y que esas decisiones que finalmente tome la ciudad transformen la política pública.

Conversaremos con ellos alrededor de temas como: ¿qué significa la formación integral y cómo contribuye al desarrollo de competencias de los estudiantes y las estudiantes?, ¿qué implicaciones tienen los desarrollos tecnológicos en los procesos  educativos?, ¿por qué los estudiantes de muchas instituciones educativas que cuentan con condiciones favorables no logran  los aprendizajes fundamentales?

Resultado de esas conversaciones, se podrán identificar y  discutir sobre las diferentes líneas a investigar y los tipos de  investigación que podremos desarrollar.

Foto de 17 maestros y maestras en un evento

 

El instituto está cumpliendo 30 años, ¿cuál es su lectura de esta entidad en términos de valor para la ciudad?

Es una entidad pionera en temas de investigación social, no  solo en Colombia sino en la región, principalmente gracias al trabajo de las maestras y los maestros. En su esencia está nunca  hacer investigación de espaldas a las realidades que tenían  las instituciones educativas, y creo que esa ha sido su gran  fortaleza, trabajar desde la vivencia que tienen los educadores  en las distintas zonas de la ciudad, urbanas y rurales, de las  20 localidades.

Pero tampoco ha dejado de lado el trabajo con la academia, con universidades y organizaciones que también hacen investigación. El IDEP ha hecho una gran sinergia en estos 30 años para ver cómo van cambiando los procesos educativos a  nivel nacional y regional.

 

¿Cómo se piensa celebrar estas tres décadas de trabajo  por la educación?

Amerita una gran celebración, porque 30 años no son menores  para un instituto que ha trabajado por la investigación social y educativa de Bogotá. Estas tres décadas van a tener un evento  internacional al que traeremos expertos que nos puedan decir hoy cómo están las tendencias educativas y hacia dónde van.

Pero recoger la historia también es importante. Vamos a hacerle un homenaje a aquellos profes que hace 30 años iniciaron procesos investigativos con herramientas y con situaciones  muy distintas a las que hoy tenemos; porque investigar hace  30 años no era lo mismo que hacerlo ahora. Acceder a información no era tan fácil como en la actualidad. Reconocer  esa historia y nuestros avances va a ser una gran apuesta en  esta celebración. Será una oportunidad para que la ciudad, el  país y el mundo vean al IDEP con esa fuerza y ese potencial de  seguir trabajando por la educación, por los niños y las niñas de la ciudad, gracias al trabajo de maestros investigadores. 

 

¿Siente que hace falta reconocer más los esfuerzos del  IDEP en el campo académico y educativo?

Hay que seguir trabajando por ese reconocimiento, que no es otra cosa que la exaltación del trabajo de maestras y maestros. Dada la relevancia de la labor y el esfuerzo del IDEP, el instituto  debería gozar de mayor notabilidad y recordación social. Un  gran número de docentes reconoce el trabajo que hacemos y,  particularmente, lo reconocen los grupos de investigación, las redes, los colectivos de maestros y de directivos docentes, y los semilleros que han participado del premio a la investigación y a la innovación y de los programas que adelanta el instituto.

Pero debemos ir un poco más allá para ser reconocidos como un  actor fundamental en las decisiones de política pública, como  ese faro que la acompaña. ¿Y cómo lo logramos?, fortaleciendo  nuestra capacidad instalada de trabajo, haciéndonos más  visibles en todas las localidades, entendiendo y estudiando las  diferentes situaciones y particularidades que tiene la ciudad.

Queremos que la gente nos conozca más, nos identifique como  un gran baluarte de la ciudad. Es con el equipo de profesionales  que conforman el instituto, apoyado por esa gran capacidad  de los maestros y las maestras, y de la academia, que estamos  transitando esos caminos para la transformación educativa. 

Foto de 2 maestros y una maestra mostrando el libro Bacatá mestiza

 

¿Cuál es su invitación, desde el IDEP, para la ciudadanía?

La invitación es a que con nuestras capacidades y conocimientos podamos trabajar desde lo micro, desde la escuela, desde  el aula de clases en procesos transformadores. Seguramente  algunos apoyados por el instituto, otros no. Con el simple, pero importante hecho de que cada uno haga microtransformaciones, pequeños cambios en su proceso pedagógico, en su proceso  educativo, seguro vamos a alcanzar logros importantes.

También la invitación es a que si estoy haciendo cambios  se pueda sistematizar la experiencia y se puedan definir  indicadores para evaluar los cambios. Que eso sea lo que me va  a permitir, seguramente a futuro, decir si hubo cambios. Como  IDEP estamos llamados a apoyar a quienes así lo requieran,  a aquellos que nos digan queremos trabajar, queremos que  nos apoyen o nos sigan apoyando para poder encontrar los  caminos y las posibles soluciones, a permitir que ellos también  descubran alternativas. Y que nosotros, con esa información,  podamos transmitir ese conocimiento a la Secretaría de Educación, que, finalmente, es la que nos puede ayudar a que  eso se amplíe, a que eso se replique en la ciudad.

La invitación es a vernos como una ciudad que transforma. Que los maestros siembren la semilla de la pregunta, que interpreten las preguntas e inquietudes en los estudiantes para que sean  cada vez más críticos. Que ellos y ellas se hagan preguntas complejas y nos pongan a pensar y que sus procesos formativos  digan: queremos dar respuesta a estos problemas y a estas situaciones.

Por último, la invitación es a que todos hagamos parte el instituto,  a que todos, desde nuestros distintos roles, contribuyamos a  esa permanente inquietud, a no quedarnos y conformarnos con  que las cosas van bien, sino que siempre hagamos preguntas  entorno a cómo mejorar; seguramente así podremos tener mejores respuestas.   

Foto del Director Mauricio Castillo junto a 5 docentes en evento del Premio
         
 

 


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