Maestros de México, Argentina, Perú, Chile y Colombia reflexionaron sobre los retos que afrontan actualmente estudiantes, docentes y familias en la región, durante el Seminario Internacional de Investigación e Innovación en Educación del IDEP.
La propagación del COVID-19 en todos los países de América Latina, en donde estudian más de 156 millones de estudiantes de escuelas y universidades públicas y privadas (UNESCO), ha traído grandes desafíos a instituciones, docentes y familias, para garantizar el derecho a la educación con las mejores condiciones posibles.
Este fue uno de los temas que tocó el segundo encuentro del Seminario Internacional de Investigación e Innovación en Educación del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP), realizado el 18 de junio y que contó con los maestros Eligio Salamanca (Chile), Raúl Cadillo (Perú), Elisa Guerra (México) e Inés Bulacio (Argentina), nominados por el Global Teacher Prize.
Junto a más de 650 docentes de Bogotá y Colombia, se abrió el debate sobre si deben o no volver los estudiantes a las escuelas, cómo debe ser la educación del Siglo XXI o qué transformaciones son necesarias en la educación actual para contrarrestar problemáticas como la falta de recursos tecnológicos, la calidad de los programas escolares e incluso la sobrecarga laboral y emocional de maestros y familias por cuenta de la pandemia.
“No hay nada más valioso que la interlocución de un maestro cuando comparte su experiencia y los otros maestros podemos sensibilizarnos. Las investigaciones nos han mostrado que los maestros le creemos más a nuestros pares que están con las mismas dificultades, pero también con las grandes oportunidades de transformar y de educar”, señaló Alexander Rubio, director del IDEP, quien lideró este segundo encuentro precisamente para inspirar a miles de maestras y maestros de la ciudad.
1. Reconstruir la educación con humildad, honestidad y valentía
Elisa Guerra, nombrada por el BID como mejor educadora en Latinoamérica, informó que es necesario evaluar qué, cómo y qué tanto están aprendiendo los niños y jóvenes de Latinoamérica, al mencionar que según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el 50% de los niños en la región tiene dificultades de comprensión lectora. Un panorama similar al de la mitad de la población estudiantil de 15 años, que según las pruebas PISA en 2019, no contaba con las herramientas básicas de lectura para comprender un texto.
Por eso señaló que es necesario hacer una mirada reflexiva a la docencia para reconstruir la escuela.
“Eso implica ser capaces de dar una mirada honesta humilde y muy valiente a la labor docente. Cuesta trabajo reconocer que mucho de lo que hacemos en nuestras aulas no es necesariamente lo mejor para nuestros niños y jóvenes. No tenemos las respuestas para todos los problemas, innovar no es fácil por el temor a no hacer bien las cosas. Pero no nos queda de otra porque es inaceptable que por comodidad, ignorancia o hasta por falta de imaginación, sigamos haciendo las cosas que no funcionan”.
Señaló que la pandemia abrió la necesidad de innovar y que si hay liderazgo por parte de las autoridades, los docentes “podrán recrear en conjunto con las familias y la sociedad la educación que queremos para nuestros hijos”.
2. Dar un paso hacia la educación socioemocional
Para el maestro chileno Eligio Salamanca, ganador del Global Teacher Prize local por su trabajo con la comunidad mapuche en la reserva Manuel Kuquiivir Mapuche, la pandemia está indicando que la educación venía atravesando por una crisis de significado y de sentido. Y que debe llevarnos a preguntarnos si lo que se enseña hoy concuerda con la satisfacción de las necesidades que se viven actualmente.
“Hay que dar un paso a la incorporación de la educación socioemocional y medio ambiental en el currículo escolar. De tanto dominar la tecnología y las competencias globales nos hemos olvidado de conocernos a nosotros mismos. Enseñarles a los estudiantes a conocerse ellos mismos, creatividad, pensamiento crítico, desarrollo de problemas, empatía.”
Al respecto la maestra Inés Bulacio manifestó que “se deben desarrollar habilidades socioemocionales para generar espacios con confianza y empatía donde (los estudiantes) se sientan valorados y escuchados”.
3. Reducir brechas para educar mejor
Para el maestro peruano Juan Raúl Cadillo, reconocido por integrar el uso de la informática a la formación de sus estudiantes, otro gran desafío es reducir las brechas que se han abierto entre la educación pública y la privada en Latinoamérica.
Atender problemáticas como la desnutrición de niñas y niños, la falta de recursos tecnológicos y didácticos para los estudiantes, así como la falta de trabajo colaborativo, deben ser prioritarios durante y después de la pandemia.
“Lamentablemente en Latinoamérica existen colegios muy buenos, pero también otros muy deficientes y con muchas necesidades. El gran desafío es reducir las brechas entre las escuelas y para eso se necesitan maestros con vocación y formación. Por otro lado, con estudiantes que vienen con muchas dificultades, como el hambre, por más que tengas la mejor estrategia va a haber muchas barreras, hay que prepararlos para que puedan aprender. El otro elemento es que a veces los maestros estamos muy solos en nuestras aulas y hay que hacer una escuela más abierta y colaborativa”.
Por último, manifestó que, si los maestros tuvieran los recursos necesarios, “tendríamos la capacidad de construir metodologías o instrumentos que respondan a las necesidades y desarrollen la autonomía de los estudiantes”.
4. La salud antes que regresar a la escuela
Frente a la discusión sobre la implementación de la alternancia y el regreso gradual a las escuelas de la región, ninguno de los cuatro invitados al Seminario opinó que en Latinoamérica haya un panorama propicio para que se puedan retomar las clases presenciales de forma segura.
La maestra hospitalaria Inés Bulacio, nominada por el Global Teacher Prize gracias a su trabajo con población escolar terminal en hospitales de Argentina, señaló que se deben cumplir ciertas condiciones.
“En Argentina estamos en plena etapa del pico de la curva, con nuevos casos día a día y no hay un panorama para que en dos meses estén comenzando las clases”, señaló y agregó que para regresar hay que preparar emocionalmente a los estudiantes y las familias. “Volver lo tenemos que poner en el presente. Cómo ahora, con lo que tenemos, podemos forjar y sostener a las familias para que cuando regresemos estén preparados, sin aturdir a los estudiantes con los contenidos. Es importante que tengamos un curriculum flexible, pero si aturdimos a los estudiantes y los dejamos con angustia porque no pueden terminar las tareas van a regresar con más estrés. Ese clima de miedo se está viviendo en las familias, tenemos que pensar en acomodarnos y estar aptos todos para regresar”.
Elisa Guerra también manifestó que el cuidado de la salud debe ser un factor prioritario para las autoridades. “¿Qué va a pasar si algunos gobiernos comienzan a abrir actividades por temor a los daños económicos, pero todavía no estamos listos desde un punto de vista de salud para volver a las escuelas? ¿Qué va a pasar con los papás que no quieren enviar a sus hijos a la escuela todavía?
El trabajo a distancia no es lo ideal, pero por un tiempo es la opción más segura. Incluso instituciones alrededor del mundo están tomando esta ruta de manera definitiva para evitar tomar decisiones apresuradas y tener que improvisar una vez más”.
5. Educación y pedagogía para atender las necesidades
Otro importante desafío planteado en el Seminario apunta a que la educación debe cumplir la misión de contribuir a resolver los problemas de la vida cotidiana y eso pasa necesariamente por hacerla más contextualizada, simple y pertinente.
“Los colegios y las universidades deben transitar de solo escolarizar a una verdadera educación. Cuando la educación se hace en un ambiente artificial y la habilidad no se practica es solo un conocimiento o una fórmula y la educación tradicional está llena de eso. La educación de contexto nos debe ayudar a resolver los problemas locales como base para conocimientos más globales. Debe ser lo más práctico, cercano, pertinente y significativo posible”, manifestó el maestro Eligio Salamanca.
Por su parte la maestra Elisa Guerra aseguró que “estamos todos corriendo para saber cómo hacemos para trabajar con la tecnología y por supuesto necesitamos hacerlo, pero pensemos que primero tenemos que resolver cualquier nivel que tengamos a nivel pedagógico. Una pedagogía no se hace buena solo por subirla a la red. Hay que repensar currículos y pedagogías, y saber que el niño promedio no existe. Ni antes ni después de la pandemia podemos pensar en soluciones de talla única, porque vamos a dejar a muchos en el margen”.
El seminario también fue un espacio para que los docentes invitados enviaran sus mensajes de apoyo y opinaran frente a la realidad que atraviesan a sus comunidades educativas. Estos son algunos de ellos:
“…pienso que, si formamos para la vida, situaciones como el actual coronavirus nos permiten a todos aprender, ser creativos y hacer uso de procesos colaborativos para llegar de forma efectiva a nuestros estudiantes. Con seguridad de esta pandemia saldremos fortalecidos”.
“muchas barreras se pueden derrumbar cuando enseñamos con amor, si hay ganancia”
“…el exceso de tarea acompañada de la situación económica familiar, está generando deserción escolar. Buscar el trabajo a través de los proyectos transversales con sólo tres guías abarcando todas las materias se da el contenido, se da la práctica y el aprendizaje es significativo”.
“Gracias por los aportes. En estos tiempos es importante resaltar la importancia de la educación emocional sobre todo en tiempos de incertidumbre, el alcance de la virtualidad frente lo afectivo y la emocionalidad que genera los efectos de la pandemia”
De acuerdo con el director del IDEP, Alexander Rubio, el Seminario Internacional de Investigación e Innovación es un certamen que mes a mes seguirá convocando a maestras y maestros de la ciudad en torno a discusiones de la educación actual, para inspirar la labor docente y la transformación de la educación en la capital.
¡La educación en primer lugar!