Conozca el grupo de robótica del colegio campestre Jaime Garzón de la localidad de Sumapaz

Conozca el grupo de robótica del colegio campestre Jaime Garzón de la localidad de Sumapaz

                                                                                                                      robotica sumapaz2.jpeg

“Pienso que uno como profesor siempre quiere que sus estudiantes alcancen sus sueños, ¿ese es el mensaje, ¿no?, que ellos, si se preparan bien, pueden estudiar y llegar a ser lo que deseen”, dice Daniel Ignacio Ávila, docente del colegio Campestre Jaime Garzón de la localidad de Sumapaz. Un maestro que junto a sus estudiantes diseña, crea y aprende sobre robótica, una ciencia que, para ellos, se ha convertido en una pasión.

Todo comenzó a finales del año 2015, cuando Daniel, docente de matemáticas, asistió a unos talleres que dictó la Universidad Nacional en Sumapaz. Con los materiales que allí le dieron empezó su aventura. Días después, y como si nada sucediera por casualidad, una amiga que trabajaba en otro colegio, le habló de unos torneos de robótica. Precisamente, esa semana había uno y el profe Daniel decidió asistir.

De ese torneo, recuerda cuando habló con uno de los estudiantes que estaba compitiendo “me llamó la atención lo mucho que le gustaba participar en esos torneos”, dice Daniel que desde entonces no ha parado de construir circuitos, diseñar robots y acompañar a sus estudiantes en proyectos de investigación para el desarrollo de tecnologías.

Producto de este trabajo, desde hace tres años ha venido compitiendo en el ‘Torneo Vex Robotics’, uno de los encuentros más exigentes en la región, organizado por la Fundación Global Arte Ciencia y Tecnología.

En 2018, y gracias al apoyo del IDEP, el maestro Daniel junto a diez estudiantes de sexto a once, participaron en el Primer Torneo Internacional de Vex Robotics donde ocuparon el tercer lugar, en la categoría Vex IQ Middle School, y el cuarto lugar en el ranking general del encuentro.

Aunque para estos representantes del colegio Jaime Garzón, los resultados de este Torneo hubieran podido ser mejores, esta experiencia los motivó aún más para volver a participar en el próximo encuentro que tendrá lugar en el mes de noviembre. Su meta: obtener un cupo para viajar al gran encuentro de Vex Robotics en Kentucky, Estados Unidos.

Un sueño sumapaceño de nivel mundial

robotica sumapaz3.jpegSumapabots y Jukumari, son los nombres de los dos equipos del colegio Campestre Jaime Garzón que participaron el pasado mes de febrero en el Primer Torneo Internacional en Sur América de Vex Robotics. Desde Sumapaz, este grupo de diez estudiantes entre los 8 y 19 años, compitieron con jóvenes de países como Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Chile y Ecuador.

“Para nosotros participar en estos encuentros es muy valioso porque hacemos un gran esfuerzo por participar, desde el tiempo que invierten los muchachos, hasta conseguir los materiales para construir los robots y financiar los viajes para participar”, comenta el docente Daniel quien todos los días, luego de terminar clases, se dirige del colegio Jaime Garzón, ubicado en la vereda Las Auras, a Nazareth, uno de los corregimientos más poblados de la localidad, y  donde viven la mayoría de los estudiantes del Jaime Garzón.

Allí, todas las tardes se reúnen en la escuela para diseñar, ajustar y perfeccionar el robot con el que participarán en el próximo encuentro y que, como dice el maestro Daniel, no solo los entretiene y apasiona, sino también les permite a sus estudiantes fortalecer conocimientos de materias como matemáticas o física.

Estos esfuerzos en 2016 obtuvieron resultados cuando ganaron el Excellence Award, uno de los premios más importantes de Vex Robotics y que les dio automáticamente un cupo para viajar a Kentucky, Estados Unidos. Sin embargo, por inconvenientes en los trámites del viaje, el maestro Daniel y sus estudiantes no pudieron viajar.

“Fue un golpe muy duro”, confiesa, pero eso lo llenó de más fuerza para seguir adelante y lo que empezó con un grupo de ocho estudiantes, ahora es un equipo de 25 alumnos que a la par de sus robots, generan proyectos de investigación que puedan aplicar en su territorio.

“El año pasado acompañé a mis estudiantes en un proyecto de cultivo de hortalizas y cría de peces, donde desde la robótica se buscaba construir un prototipo para mejorar estos procesos y eventualmente reproducir esta tecnología para beneficiar a la población en Sumapaz. Aunque las chicas que lideraron este proyecto ya se graduaron, el objetivo es continuarlo este año”, explica el maestro Daniel.

Ver como sus estudiantes, se gradúan como bachilleres y continúan su formación en carreras tecnológicas y universitarias, es quizá la razón de ser y el motor que impulsa el semillero de robótica del profesor Daniel.

robotica sumapaz4.jpeg“Muchas veces cuando no hay apoyo es fácil rendirse, pero cuando veo que este espacio ha mejorado el resultado en las pruebas Saber de los estudiantes, y lo más importante, he visto cómo ya no se conforman con el bachillerato, sino que se interesan por seguir estudiando y hacer una carrera, siento que todo el esfuerzo ha valido la pena porque uno como docente siempre está buscando mejores estrategias para sus alumnos, para que aprendan más y alcancen sus metas”, dice Daniel que asegura, no descansará hasta llevar a sus estudiantes a Estados Unidos para que crezcan sus sueños y sigan fortaleciendo sus habilidades.

“Quiero llevar a los chicos para que se enfrenten a una segunda lengua, conozcan otro país, otra cultura y jóvenes como ellos que aman la robótica. Nunca nos quedamos quietos porque siempre veo que tengo algo nuevo que aprender para hacer una presentación destacada que no es fácil porque el nivel es muy alto” señala Daniel quien también ha creado una red con docentes de todo el país para compartir experiencias y aprendizajes y saber cómo les ha ido a aquellos que ya han tenido la oportunidad de ir a Estados Unidos.

Tanto Daniel como sus estudiantes, saben que la competencia no será fácil, que muchos otros equipos tienen más materiales y mejores recursos que ellos, y que estar en la ruralidad y no en la ciudad, agrega una variable más que dificulta algunos procesos.

“Siempre encontramos la forma de conseguir apoyo, y todo el que ha llegado lo agradecemos mucho, como el del IDEP que para mí es importante que apoye todo este tipo de experiencias porque en otras secretarias de educación de otras ciudades, no hay alguien o algo que impulse a los maestros a investigar o innovar en el aula”, agrega el maestro Daniel.

Este año, esperan repetir el logro de 2016 para obtener de nuevo un cupo que los lleve al encuentro mundial en Kentucky, Estados Unidos y escribir allí, otro capítulo de esta aventura que tiene como escenario el inmenso verde del páramo de Sumapaz.

 

 

 

 

 

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